Entendiendo los efectos del alcohol de manera sencilla
El etanol, es un hidrocarburo alifático hidroxilado, claro e incoloro, y entre los productos comerciales que lo contienen además de las bebidas alcohólicas están los solventes de perfumes, colonias, y líquidos medicinales.
¿Qué es?
Es una sustancia química, cuyo nombre científico es etanol o alcohol etílico, que está presente en todas las bebidas alcohólicas que existen. Hay que decir que siempre existe un nivel mínimo de alcohol en sangre, incluso aunque no hayamos bebido alcohol. Este etanol de la sangre procede de la fermentación de las bacterias de nuestra flora intestinal.
La tolerancia al alcohol depende en gran medida de los niveles de enzima aldehido deshidrogenasa mitocondrial (existe otra enzima del mismo tipo pero citosólica) que presente el individuo.
¿Cuánto metabolizamos de alcohol?
La cantidad de etanol oxidado por hora depende de muchos factores, pero en general, un adulto masculino de peso promedio, metaboliza alrededor de 15 a 20 ml/dl de sangre/hora.
- En los individuos no habituados al mismo, su metabolismo puede ser tan bajo como 8 mg/dl
- En los alcohólicos moderados, de 15 a 20 mg/dl
- En los alcohólicos severos, puede ser tan alto hasta 35 mg/dl.
¿Cómo entender sus efectos en el organismo?
Metabolismo del alcohol
Cuando consumimos alcohol, toda una maquinaria de reacciones bioquímicas comenzarán a producirse en nuestro organismo. En primer lugar, el alcohol (etanol) se convierte en acetaldehido por acción de una enzima llamada Alcohol deshidrogenasa. Posteriormente, el acetaldehido se transformará en ácido acético, por acción de otra enzima llamada Aldehido deshidrogenasa. En todas estas reacciones se genera poder reductor (que equivale a unas moléculas llamadas NADH).
La manera en que se explican los efectos en el organismo, es de la manera siguiente:
1. Etanol que no ha reaccionado. Va a afectar a la fluidez de las membranas biológicas (por ejemplo, las membranas de las neuronas). Bloquea los canales de sodio dependientes de voltaje en la sinapsis, con lo que influirá en la transmisión del impulso nervioso. Esto explica que ebrios, razonar o pensar nos sea más complicado de lo habitual.
2. Acetaldehido (o etanal). Disminuye los niveles de neurotrasmisores ya que reacciona con la dopamina endógena formando salsolinol. Esto explica que, cuando hemos bebido, nuestros movimientos sean mucho menos coordinados y nos volvamos bastante más torpes. Los niveles de algunas vitaminas (como la vitamina B1) también se verán reducidos.
3. Ácido acético (o acetato). Provoca la retroinhibición de la “beta”-oxidación de los ácidos grasos de modo que se acumulan las grasas en el hígado (hígado graso).
4. Poder reductor (NADH). El poder reductor es usado por las células del organismo para transformar la testosterona en estradiol (un estrógeno) mediante una serie de reacciones químicas de hidrólisis y aromatización entre otras. Al aumentar los niveles de estrógenos, aumenta el apetito sexual con el estado de ebriedad. Sin embargo, como los niveles de testosterona disminuyen, también lo hace la potencia sexual. De ahí el “quiero y no puedo” del que todos hemos oído hablar
Clasificación de la alcoholemia y cuadro clínico
Pero para entender el cuadro clínico, también podemos orientarnos sobre los niveles de alcohol en sangre, lo cual determinará la etapa clínica.
Los lóbulos frontales son sensibles a una concentración baja, lo que resulta en una alteración del pensamiento (desinhibición) y del estado de ánimo (euforia) antes de los trastornos del lóbulo occipital (alteraciones visuales) y del cerebelo (incoordinación). En dosis elevadas, el etanol produce una depresión generalizada del SNC.
- De 10 a 50 mg/dl (sobriedad): Comportamiento casi normal a la observación. Lo llamativo se empieza a notar a niveles superiores a 50 mg/dl.
- De 30 a 120 mg/dl (euforia): Hay leve euforia, sociabilidad, locuacidad. Aparente confianza en sí mismo aumentada, inhibiciones disminuidas, lo mismo que la atención, el juicio y el control. Hay incapacidad para conducir un automóvil.
- De 90 a 250 mg/dl (excitación): Hay inestabilidad emocional; inhibiciones disminuidas. Propensión a pendencias, sentimentalismos y situaciones irracionales. Pérdida del juicio crítico. Deterioro de la memoria y la compresión. Incoordinación muscular.
- De 180 a 300 mg/dl (confusión): Hay desorientación, confusión mental, mareo, exageración de estados emocionales, diplopía, trastornos de percepción de color y equilibrio. Hay un comportamiento que perturba la tranquilidad púbica.
- De 270 a 400 mg/dl (estupor): Hay apatía, inercia general, somnolencia, respuesta a estimulos disminuida, incoordinación muscular acentuada, incapacidad para mantenerse de pie o caminar, vómito, incontinencia de heces o deterioro de la consciencia.
- De 300 a 500 mg/dl (coma): Hay inconsciencia completa, coma, reflejos disminuidos o abolidos, temperatura subnormal. Incontinencia de esfínteres, disnea, etc.
- De 450 o más (muerte): Se produce paro cardiorrespiratorio, una o 10 horas después de la ingesta de alcohol. Si hay recuperación, ésta se demora entre 24 y 48 horas
Conclusión
Entender el por qué de los efectos que produce el alcohol en el organismo cuando se excede en la cantidad ingerida, es más fácil de entender de lo que se piensa, sólo basta con aplicar un poco de la química y fisiología nerviosa.
Ahora, ¿En qué grado de alcoholemia te clasificas normalmente cuando sales a beber?
TEMA DE TOXICOLOGÍA PARA DESCARGAR EN:
https://www.wuolah.com/apuntes-de-Medicina-Legal/15-Toxicologia-623839-15–%20Toxicolog%C3%ADa.pdf-1489539