Deshidratación en pediatría: Bases terapéuticas

A todo padre le preocupa que su hijo esté sano siempre, pero a veces subestimamos una “molestia” que tenga su hijo por un golpe de calor o porque no quiera comer adecuadamente, y lo pasamos por desapercibido. Sin tener en cuenta que lo que está diciendo, es algo: “Tengo sed”…a su manera entre llanto tras llanto, pero lo hace; y entre más pequeños, es aún más notorio.

 

Así es, hablamos de la deshidratación; no es una enfermedad pero que puede ser hasta mortal si no se toman las medidas preventivas a tiempo, pero sobre todo, si no identificamos la sintomatología inicial, porque debes saber, que el llanto, es un signo tardío que el paciente pediátrico muestra cuando su cuerpo demanda agua. 


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Introducción

El cuerpo humano está conformado en su mayoría por agua, y esto sucede desde que nacemos (incluso desde antes) hasta que dejamos este mundo.
 
De recién nacidos, nuestro cuerpo es agua aproximadamente en un 80%, y conforme vamos creciendo, este porcentaje va disminuyendo, hasta que el adulto promedio contiene entre un 50 a 70% de agua aproximadamente. Sigue siendo bastante, ¿No?, la situación en todo eso radica precisamente en ello: Para un adulto es mucho más fácil mantener un estado de hidratación adecuado, porque a pesar que el porcentaje de agua corporal disminuye fisiológicamente, también es mucho más fácil para un adulto levantarse y pedir un vaso de agua, o simplemente pedirlo….pero esto no sucede así con un niño -sobre todo un bebé-; ellos, al contener un mayor porcentaje de agua corporal y al ser incapaces de pedirla con sus propias palabras, lo hace más propenso a caer en un cuadro de deshidratación, que, dependiendo de la intensidad, puede ser leve, moderada, o severa, pero puede ser tan sutil clínicamente, que para un padre puede ser difícil identificar cierto grado de deshidratación. 

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Causas en niños y clasificación 

Como tal deshidratación es una pérdida del agua corporal manifestada por una alteración hidroelectrolítica. 
 
A grandes rasgos, las causas pueden ser por 2 razones: Falta de aporte o incremento de las pérdidas.
 
FALTA DE APORTE
-Se debe sobre todo a la restricción de líquidos: Falta de seno materno a bebés, una correcta hidratación al paciente preescolar con una alta actividad física, etc.
-Estado de coma
-Anorexia
 
INCREMENTO DE LAS PÉRDIDAS
-Gastrointestinales: Vómitos, Diarreas (más frecuente), o fístulas.
-Renales: Diuresis osmótica, medicamentos (diuréticos), etc.
-Piel y respiratoria: Quemaduras, enfermedades inflamatorias de la piel. 
 
Pero para hablar de la clasificación, es necesario hablar sobre electrolitos. La deshidratación está dada principalmente por la cuantificación sérica de Sodio (Na). Así, tenemos varios tipos de deshidratación. A saber…
 
 
  • Deshidratación isotónica (isonatrémica): En la que los niveles de sodio son normales (135 y 145 mEq/L). Aquí la pérdida de agua y solutos es la misma. La pérdida de solutos y agua son proporcionales por lo que no hay cambios en la tonicidad entre los espacios intra y extracelular. 
 
  • Deshidratación hipotónica (hiponatrémica): En la que hay una pérdida mayor de solutos que de agua (Na sérico <135 mEq/L). Se afecta mucho el espacio extracelular y el espacio intracelular se encuentra con osmolaridad mayor. 
 
  • Deshidratación hipertónica (Hipernatrémica): Pérdida mayor de agua que de solutos (Na sérico >145 mEq/L). Parte del agua intracelular pasa al extracelular, por lo que se afecta el primer espacio. 

 

 

Hablar de la fisiopatología de una deshidratación es muy extensa porque involucra mucha fisiología hidroelectrolítica -tema que tocaremos más adelante-, pero lo importante de este post, es, cómo identificar una deshidratación en su etapa inicial…

Cómo se manifiesta

Como finalidad de este post, no sólo es identificar los signos de deshidratación en los niños -grupo de edad más frecuentemente afectado-, sino saberlos identificar tempranamente. Si bien como muestra la tabla anterior, la sintomatología parece muy difícil de diferenciar, en realidad no lo es. 
 
En realidad, como escucharás, algunos tachan a la deshidratación “leve” como que no existe porque aparentemente todo está normal, y en parte tienen razón. Cabe la pena resaltar que el mejor índice que podemos tener para evaluar la deshidratación, es la pérdida de peso pre y post evento, pero, a casi nadie se le ocurre pesar a sus hijos antes de una diarrea y después cuando van con el Dr y los pesa..
Deshidratación leve 
 

En la deshidtación leve parece estar todo normal en el niño: Signos vitales normales -o ligeramente aumentados-, lágrimas presentes, sudor y uresis sin alteraciones, lo que cabe la pena resaltar es el criterio de una pérdida de peso aparente del 5%, pero si te das cuenta, no hay diferencia significativa entre en un estado de deshidratación “leve” y la normalidad. Y la manera en que lo manifiesta el paciente pediátrico es de la siguiente manera:
 
  • Un estado de tranquilidad mayor al de costumbre.
  • Mucosas bien hidratadas
  • NO llora pero conforme avanza la deshidratación empieza a pasar del estado de tranquilidad a un estado de inquietud motora realizando movimientos aleatorios con sus extremidades. 
 
Deshidratación moderada
 

Aquí ya la deshidratación empieza a ser más evidente, manifestándose sobre todo por un estado de irritabilidad en la que el padre se percata de manera inmediata. La pérdida de peso como referencia es de alrededor del 10 al 15%, que pueden ser por causas ya antes explicadas (procesos diarreicos o falta en la ingesta). Clínicamente podemos ver lo siguiente:
 
  • Signos vitales con TA ligeramente disminuida; FC, FR aumentadas
  • Fontanela -en los más pequeños- deprimida
  • Mucosas deshidratadas, el llanto inicialmente es con lágrima, pero conforme avanza la deshidratación empieza a ser más seco el llanto. La mucosa oral se ve deshidratada.
  • La turgencia de la piel se deprime. 
  • Uresis disminuida
 
Deshidratación severa
 
Es un estado crítico en el que el paciente pediátrico pierde más del 15% de su peso corporal y se acompaña de compromiso hemodinámico que, de no revertirse a tiempo, se puede caer en un estado de choque hipovolémico no hemorrágico. 
 
 
  • El estado de consciencia es letárgico -muy decaído, casi inconsciente-. 
  • Signos vitales con TA disminuida, FC y FR aumentadas
  • Fontanelas muy deprimidas
  • Mucosas totalmente deshidratadas
  • Estado de palidez generalizado
  • Uresis puede no estar presente 
  • La turgencia de la piel está muy disminuida, a tal grado que podemos encontrar el signo llamado “Signo del lienzo húmedo”.
 
  • Cómo se trata

    El tratamiento más afectivo debe ser realizado considerando los requerimientos basales más los requerimientos por las pérdidas de agua corporal. Pero estamos de acuerdo que en casa no tenemos los insumos -ni los conocimientos- necesarios para todo ello. Pero lo que si tenemos en casa -y si no, deberíamos tenerlo- es el vida suero oral que se adquiere en cualquier farmacia. 
     

    Lo interesante de esta composición de electrolitos avalada por la OMS, es que contiene justo los componentes necesarios para revertir la deshidratación de leve a moderada. Basta con preparar vida suero oral con un sobre del mismo y prepararlo en un 1lt de agua simple a temperatura ambiente y darlo a cucharadas para que poco a poco se recupere el estado de hidratación; de lo contrario, se deberá acudir con el médico de inmediato -aunque desde un inicio se debe hacer-. 
     
    Otra estrategia implementada mucho desde años atrás, es la implementación de agua de arroz para la deshidratación, lo cual a cucharadas también funciona muy bien. 
     
    La dieta debe ser astringente, lo que quiere decir que comamos comida que reduzcan el tránsito intestinal -sobre todo cuando queremos tratar deshidratación por diarreas abundantes-; alimentos como manzana, chayote, zanahoria, papa, pera, plátano, pescado, y sólo por mencionar unos cuantos alimentos astringentes. 
 
El tratamiento médico se lleva acabo, nuevamente, considerando el estado de deshidratación del paciente, teniendo planes de hidratación que remarca la OMS -y la NOM oficial mexicana del control del niño sano-:
 
  • PLAN A: Después de cada evacuación diarreica o vómito dar 75 ml de la fórmula de la OMS (media taza) a menores de 1 año y 150 ml (una taza) a mayores de 1 año, tibia, y administrarlo a cucharadas o mediante sorbos pequeños.
 
  • PLAN B: Se administra de 100 ml/kg de VSO en un lapso de 4 horas, fraccionadas en 30 minutos para evitar vómito, administradas en cucharadas. Si mejora pasa al plan A, si no, al plan C. 
 
  • PLAN C: Plan para choque hipovolémico o deshidratación severa, con bolo de 50 ml/kg/hora de solución Hartmann, continuando si es necesario durante las 2 horas siguientes con bolos de 25 ml/kg/hora.
 

Reflexión

Una vez identificados los síntomas y signos sugestivos de cada tipo de deshidratación, y después de querer corregir la situación y fallar en el intento, lo mejor siempre será que ante cualquier caso de deshidratación, así sea muy leve, se acuda con el médico de forma inmediata para que lo evalúe y tome las medidas necesarias, ya que recordemos, el paciente pediátrico es el grupo más vulnerable ante esta situación.

TEMA DE DESHIDRATACIÓN Y SU MANEJO EN EL PACIENTE PEDIÁTRICO, EN: